El todo y las partes
Cuando se interpreta una carta natal, es muy fácil y tentador, ir construyendo la información de manera lineal. Es decir, tal y como nuestra mente es capaz de asimilar.
El concepto de acercarse a la totalidad desde las partes y desde el todo al mismo tiempo suele ser imposible de entender para la mente pero no para el SER. Y, a mi modo de ver, aquí radica una de las claves de la astrología.
Una carta natal se puede leer como una matriz energética que habla, entre otros, de los procesos de materialización de energía que más van a fluir con nuestra esencia, nuestro SER.
Cuando la energía fluye por nosotros (cuando estamos vivos en esta realidad) lo hace inevitablemente por todo nuestro ser, no solo por una parte. Así, la toma de contacto con toda la basta información energética de un a carta natal, sería más adecuada si se realiza desde la integración de las partes en la totalidad y también y al mismo tiempo, desde la integración de la totalidad en las partes.
A modo de ejemplo diría que una conjunción entre Mercurio y Urano (energía) no tiene por qué asociarse a una mente ágil y rápida, eléctrica y privilegiada con tendencia a la falta de tacto (forma). Esta conjunción es solo una pequeña parte del todo por la cual fluye nuestra energía y las formas que adopte la la materialización de dicha energía dependerá de TODO el resto de la carta natal. De la misma manera que no podemos pretender entender el océano a partir de una gota de agua. Un océano no es la suma lineal de todas sus gotas de agua; la gota es el océano y el océano es la gota. Todo al unísono. La parte contiene el todo y el todo contiene la parte.